martes, 24 de diciembre de 2013

sábado, 2 de noviembre de 2013

Fofucha cartera con carrito y buzón

Inma es la cartera que entrega el correo en el edificio de mi madre. Un día, hablando con ella, comentó algo sobre las fofuchas y mi madre le dijo que yo las hacía. Sin ver ninguna de las que ya he hecho, Inma me encargó que le hiciera una. Yo le añadí el carrito y el buzón. Por esos días, cuando veía algún cartero o cartera solía seguirlo durante un par de calles para tomar nota de todos los detalles de sus carritos. De los buzones es mejor no hablar. De repente, empecé a ver que había muchos, algunos en los que nunca había reparado. No hay nada como el interés para que las cosas que siempre estuvieron ahí, empiecen a ser relevantes.






Me gustó mucho hacer esta fofucha con su carrito y el buzón. Los coloqué simulando una calle, para darle más realismo. 
Ahora estoy en proceso de elaboración de otras tres que prometen mucho. En cuanto las termine, las publicaré.

jueves, 31 de octubre de 2013

Bolsos de boquilla

Aunque nunca he hecho muchos bolsos de tela, ahora me he animado con los de boquilla. Es curioso porque son bolsos que, aunque no combinan con mi estilo de vestir y veo difícil que me los pusiera, me parecen bonitos. ¿No te ha pasado que hay cosas que te gustan pero que nunca te pondrías? Pues algo parecido me sucede con estos bolsos. Por el momento he hecho dos. El primero es de seda salvaje en un tono en plata antigua, así que creo que la boquilla en tono dorado (casi mate) le iba muy bien.





En el segundo intentaba hacer algo diferente. Lo original está en la tela, una loneta con dibujos de perros. La forma tampoco es muy usual, intenté hacer el fondo similar al de un bolso de neopreno que vi en una tienda. Y este es el resultado.






Espero que les guste.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Letras en guirnaldas (de fieltro y tela) y letras que vuelan

Hoy va de letras. Sí, de todas esas que no escribo en facebook y por lo que, a veces, prefiero publicar allí lo que hago. Las entradas del blog tienen una lógica distinta: más discursivas, más pensadas, con respuestas menos inmediatas, requieren más tiempo y un ritmo más lento. Hace ya casi dos meses que no hago una entrada aquí. He seguido haciendo cosas de fieltro, goma eva, tela ..., pero el tiempo es breve, brevísimo, y a veces las ganas de publicar tampoco aparecen.
Así que hoy voy a presentar de forma conjunta y bajo el rótulo "letras" dos trabajos que hice en el mes de julio y agosto. Uno fue un encargo de tres nombres para bebés: Carmen y una compañera de trabajo me los encargaron y siempre siento que se fían de mi gusto y mi forma de combinar colores. Así que la libertad para trabajar es enorme. Cuando las recibió, Carmen me dijo que eran más bonitas que en las fotos, pero, como mis habilidades fotográficas no son muchas, sólo puedo mostrarles las fotografías que saqué antes de enviarlas.





Me parece que lo más complicado es buscar la decoración de cada letra. No me gusta mucho repetirme (aunque a veces es inevitable), pero siempre intento innovar. Cuando puedo, hago algo temático, como en el caso del nombre de Claudia, donde combiné letras con flores con letras con animales: rana, gato, cerdito y ballena. O en el de Bruno que elegí medios de locomoción. Pero a veces mezclo motivos, como en el caso de Alba donde puse animales (ciervo, caracoles) con flores, setas, nubes y luna.

Unas semanas después tuve un nuevo encargo para el que tenía poquísimo tiempo. Querían un móvil con un globo en el que también estuviera el nombre del bebé y este es el resultado.





Aquí intenté jugar con una bonita combinación de colores y con el movimiento de las letras alrededor del globo. También añadí un par de pajaritos, nubes y un sol.

Finalmente, hice una guirnalda en tela para una niña con un nombre precioso: Sibissé. Las telas eran de colores pasteles y las letras de su nombre iban aplicadas en color blanco roto y rosa con corazones.


Agradezco muchísimo la confianza que me muestran quienes me hacen un encargo. Para mí cada uno es un proyecto nuevo, para el que busco los colores más adecuados y el diseño mejor. Por ahora, creo que lo estoy consiguiendo, porque parece que gustan. Esa es la mejor alegría que me llevo.

sábado, 27 de julio de 2013

Caja, fofulápices, fofuchos y cuadros: todo en goma eva

Hace mucho que no publico en el blog. He hecho algunos trabajos desde entonces. Aquí les muestro los cuatro últimos que he hecho en goma eva.
Esta caja de goma eva y cartón fue un encargo para guardar unas letras de fieltro para un recién nacido. Hasta el momento las que había hecho eran pequeñas y ésta, por miedo a que no cupieran las letras, la hice bastante grande. Así que los padres de Andrés podrán usarla para guardar cosas mayores. Había hecho una con un carrito de bebé, pero en este caso preferí un barco porque iba acorde con los motivos que adornaban las letras. Añadí anclas en la caja y resultó todo con un aire muy marinero.








El siguiente trabajo no es un encargo, sino un regalo. Los alumnos que se graduaban este año me eligieron como madrina de la promoción, así que les hice un fofulápiz graduado/a a cada uno. Con las prisas por acabarlos no me dio tiempo de sacarles fotos, pero tres de ellos me las enviaron.





El segundo encargo que he tenido es un fofucho veterinario con dos gatitos. Los gatitos son Mica y Melo y cumplen un año. Antonio, el veterinario fue quien los atendió al nacer y su dueña, Rocío, quiso regarlarle este detalle. 


Y, finalmente, he hecho algunas siluetas en goma eva. Me encantan los cuadros de siluetas y pensé que en goma eva, con lo ligero que es el material y la cantidad de colores que hay, se podrían hacer algunos. Este es el resultado.








Espero que les haya gustado y creo que en el mes de agosto, con la llegada de las vacaciones, tendré más tiempo para publicar en el blog.

jueves, 13 de junio de 2013

Mercadillo Le Pettite Cirque

Como ya comenté en la última entrada, el viernes y el sábado de la semana pasada estuve en un mercadillo. Dicho así, parece que lo hiciera todas las semanas, pero era la primera vez. Y como sucede con todo lo que no se ha hecho antes, las nuevas sensaciones fueron lo más importante. 
Me enteré de que se organizaba este mercadillo el mes pasado cuando, casi literalmente, me tropecé con él. Me gustó mucho porque tenía un aire bohemio que me recordaba a algunos que había visitado en grandes ciudades europeas. Había mucha artesanía, ilustradores, puestos de ropa vintage y ropa nueva, de muñecos, bolsos y sombreros, de jabones, libros de segunda mano... un sinfín de gente creativa que vendía lo que hacía en un ambiente en el que todos parecían estar pasándoselo bien. La zona está en el centro de la ciudad, pero es una zona con casas antiguas que no se han restaurado y cuyo aspecto deteriorado, lejos de afear el mercadillo, aumenta su ambiente nostálgico y alternativo. 
Y, como por casualidad, me puse en contacto con las organizadoras. Las fechas para mí no podían ser peores, pero Paloma, una de las organizadoras, me animó tanto que decidí ir. Me llevé a mi madre de apoyo moral y físico. 
Me parecía que tenía pocas cosas hechas, así que hice algunas más. No muchas. No tenía tiempo. E intenté esforzarme en darle un aspecto bonito al pequeño puesto que pusimos. Pinté las cajas de fresas que llevaba guardando desde hacía un año. Hice una guirnalda de goma eva con el nombre de la tienda, que es el del blog. Hice algunas máquinas-alfileteros. Y, para anunciar los trabajos de goma eva (que hago por encargo) utilicé dos falsas tartas que son cajas. 
Las nuevas sensaciones fueron lo mejor. Primero, el ambiente que creaban las compañeras y compañeros del mercadillo fue fantástico. De hecho, la mayoría de las fotografías que muestro son de dos de ellas, de Mar y de Rocío. Ya había escuchado que vender en la calle es duro. Para mí, que nunca pensé que vendería ni en la calle ni bajo techo, era una novedad. Tienes, por ejemplo, la sensación de que la temperatura va cambiando. Si, como sucede en mi lugar habitual de trabajo, la temperatura se mantiene constante y eres consciente de que el tiempo pasa porque miras el reloj de la pantalla del ordenador o miras a través de la ventana, notar el paso de las horas porque el sol va avanzando y tienes que abrir la sombrilla o porque empiezas a tener calor, es algo diferente. 
Pero no sólo es la temperatura la que cambia, también cambia la gente que pasa frente a ti. En la mañana del viernes, pasaban grupos de mujeres que, probablemente, salían de sus trabajos e iban a desayunar. Las veías al ir y al volver. Al mediodía veías más gente que salía de compras. A la hora de la comida, casi no pasaba nadie. Por la tarde, a partir de las 6 o 7 pasaba mucha más gente: grupos de jovencitas, parejas jóvenes y mayores. Y la gente cambiaba del viernes al sábado. El sábado por la tarde había muchos niños que salían con sus padres. 
Hubo una última cosa que me gustó especialmente: las caras de la gente cuando veía las cosas del puesto. La tarta-caja de goma eva con los novios, los botes decorados y la tarta con el cochecito de bebé siempre provocaban una sonrisa. Y eso me encantó. Algunos, que caminaban por delante de sus acompañantes, los esperaban y les mostraban algunas de estas cosas. Y yo los veía, anticipando qué iban a hacer. La gente era espléndida con los halagos y, aunque no compraran, valoraban el trabajo. Varias chicas preguntaron si daba clases de manualidades y la maestrita que llevo dentro sentía una lástima enorme por no poder enseñar lo poco que sé. Una chica me compró un alfiletero máquina de coser y me preguntó si podía envolverlo. Pero no tenía previsto hacerlo porque ni el espacio ni el lugar me permitían tener las cosas necesarias. Me lo pagó y lo dejó para recogerlo un poco después. Pensé que no me costaría nada comprar algo de papel de regalo y empaquetarlo. Así que, dejé a mi madre cuidando el puesto y fui a comprar papel. Le hice un pequeño paquete y lo guardé en la bolsa. Cuando vino, yo estaba hablando con alguien, así que, sin dedicarle mucho tiempo, le di la bolsa y le dije que se lo había empaquetado. Un buen rato después volvió. Se me acercó y me dijo que me quería dar las gracias porque  le había gustado mucho el paquete que hice.
¿Gané? Llegados a este punto, ¿se puede dudar de que gané?, gané estupendas experiencias. Así que volveré: el 12 y 13 de julio, de 16 a 22 horas, en el mismo lugar.


foto de Rocío de La estantería solidaria

Foto de Mar Dlula


Foto de Mar Dlula

Foto de Mar Dlula

foto de Rocío de La estantería solidaria





Foto de Mar Dlula

foto de Rocío de La estantería solidaria